Aquí me conversa Sábato, sobre héroes y tumbas, predisponiendo mi alma hacia la locura existencial. Entre atmósferas siniestras y tramas escalofriantes deambula esta noche mi imaginación. La calma ya no parece ser un refugio seguro, más bien sólo el tan temido imperio de la conciencia. Elevaciones majestuosas de un ego moribundo intentan engañar a mi verdadero estado emocional.
Refutar la teoría cósmica de que todo sucede por alguna razón, parece a esta altura en vano. Trance zomba cuasi odisíaco hacia un lugar que afortunadamente desconozco. Ilegibles manuscritos minuciosos redactan visionaria-mente y con asombrosa precisión el decaimiento de mi ser. El espíritu marcha sonámbulo burlando mi inútil intento por manipular su voluntad.
Sólo el impulso milagroso interno de mi alma reanimará mi actuar y mi pensar, hacia niveles propiamente concretos de superación.Expulsar de manera eterna este sentimiento resultaría tontamente ilusorio, pues sólo podré alcanzar una leve pero indispensable sensación de seguir.
"La noticia apareció en un periódico sensacionalista. Decía simplemente que se había producido un incendio. Después de llegar los bomberos, la policía, la prensa, Rescatar al hombre, apagar el fuego, Le hicieron la pregunta obvia: ¿cómo se inició el incendio? No sé...estaba en llamas cuando me acosté"
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