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viernes, 18 de marzo de 2011

Fragmentos de un Diario de Infierno (A .Artaud)

"Ni mi grito ni mi fiebre son de mí. Esa desintegración de mis fuerzas segundas, de esos elementos disimulados del pensamiento y del alma, concebís acaso su constancia.
Ese algo que está a mitad de camino entre el color de mi atmósfera típica y la punta de mi realidad.
No necesito tanto de un alimento como de una especie de conciencia elemental.
Ese nudo de la vida al que se aferra la emisión del pensamiento. Un nudo de asfixia central.

Posarme simplemente sobre una verdad clara, es decir, que queda sobre un solo filo.
Ese problema de la demacración de mi yo ya no se presenta en su ángulo únicamente doloroso. Siento que nuevos factores intervienen en la desnaturalización de mi vida y que tengo algo así como una nueva conciencia de mi íntimo debilitamiento.

Veo en el hecho de arrojar el dado y de precipitarme en la afirmación de una verdad presentida, por aleatoria que sea, toda la razón de mi vida.
Permanezco durante horas con la impresión de una idea, de un sonido. Mi emoción no se desenvuelve en el tiempo, no se sucede en el tiempo. Los reflujos de mi alma están en perfecto acuerdo con la identidad absoluta del espíritu.


Enfrentar la metafísica que he elaborado para mí en función de esa nada que llevo conmigo. (...) "


(Antonin Artaud)




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